Tras mi debut como andarín este verano, sigo especializándome en actividades de riesgo. Ya no sólo ando,sino que corro, subo escaleras, me subo a lo más alto del sofa, cuando me bañan meto la cabeza debajo del chorro y si puedo debajo del agua,(El otro día pegué un sorbo de agua de la bañera, me atragante un poco pero da igual), me gusta dar paseos por la puerta de mi casa corriendo por la acera, meterme debajo de la mesa del salón a rescatar los juguetes que algún malvado mete sin que yo le vea de una manera desconsiderada. En fin que no tengo límites como todos los niños de mi "quinta" que debido a nuestro descaro y desparpajo hacia el gusto por el movimiento, la actividad física y el ejercicio, creo que somos inmortales porque para las caidas y golpes que nos hemos pegado seguimos ahí al pie del cañón y sin rasguños. Bueno cuando me la pego lloro mucho pero es para disimular y no descubran aun mi papel de superhéroe.
jueves, 11 de octubre de 2007
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