Yo no sé si se ve igual el mundo desde donde estoy yo a 65 cms del suelo o desde donde lo ven mis papás y todos los gigantes que hasta ahora he ido conociendo. Pero yo desde aquí veo todos los días un cuadro de colores que suena y se mueven sus figuras y la gente se queda como tontos mirándolo, yo veo también a mi papá todo el tiempo apretando un palo para que cambien las figuras del cuadro.
Pero lo más curioso es la habitación mágica que tiene una puerta blanca que la abren y sacan siempre cosas de comer o de beber. Mis papás y los gigantes se acercan de vez en cuando a mí me dicen una bobadita y se van corriendo, yo sonrío y se van tan felices. De verdad que con tan poca cosa los mayores se contentan?. Desde donde yo miro la vida pasar también se encienden soles en las habitaciones dónde entramos solo con tocar un poco la pared y además cuando queremos ir a un sitio lejano nos montamos en otra habitación más pequeña pero que tiene ruedas y se mueve a toda velocidad. Poco a poco voy entendiendo como funciona todo esto, pero también es verdad que estos mayores son demasiado comodones.
1 comentario:
Ay dieguete, si es que la vida está llena de habitaciones, ya irás entrando poco a poco en muchas de ellas...
Y fijate bien en el palo con el que se cambia las figuras del cuadro de colores porque dentro de unos años te pelearás con tu papá por él.
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